
Los cuentos maravillosos o cuentos de hadas como se conocen popularmente, se caracterizan y diferencian de otras narraciones cortas porque en su argumento conviven de forma armónica seres humanos o naturales, con seres de un reino preternatural o mágico.
Igual que sucede con las leyendas y los mitos su territorio temporal es pretérito o incierto tal y como sugieren algunas de sus clásicas fórmulas de inicio: “Érase una vez” o “Hace mucho, mucho tiempo en un lejano reino..” entre otras. Expresiones como éstas invitan a abandonar el tiempo concreto y real donde nos hallamos y dan pie, como si de un hechizo se tratara, a adentrarnos en un mundo maravilloso donde todo puede suceder.

Los cuentos de hadas, como los denominaremos desde ahora, son los más estudiados por los antropólogos y folkloristas y su rastro se pierde en los albores del tiempo.
Todas las culturas, todos los pueblos desde tiempos remotos cuentan cuentos. Algo asombroso que sucede con los cuentos es que muchos de ellos sin importar el país de procedencia, comparten similitudes esenciales como si bebieran de un tronco común, como sí, antiguamente, hubiera existido un primer cuento que se fue extendiendo por poblaciones y habitantes y ha sabido perdurar y conservar su esencia hasta nuestros días. Así, recientes investigaciones apuntan a un origen común de los cuentos actuales en los pueblos indoeuropeos, allá por el bajo Neolítico.
Todas estas historias se han ido sucediendo de una generación a otra a través de la tradición oral y han perdurado muchos siglos exclusivamente en el lenguaje oral.
Mucho tiempo atrás cuando el sol se ponía y la oscuridad soberana se cernía sobre el hombre, en un lugar junto al fuego una voz comenzaba a narrar una historia. Cuentos que alumbraban la noche del hombre y que eran mucho más que entretenimiento, alertaban de peligros, enseñaban sobre la vida, invitaban a soñar, a crecer, a tener coraje y a vivir en armonía con un mundo desconocido, sobre el que el ser humano no había ejercido aún el monstruoso dominio actual.

Los cuentos populares son el origen de toda literatura y son por sí mismos un tesoro que conviene saber hacer perdurar.
Así pues, estos cuentos de hadas que hoy en día reservamos solo para los más pequeños, nacieron en la antigua tradición de los adultos de contar historias, suponen un enorme legado cultural y son depositarios de nuestra conciencia cultural colectiva.
En todos los cuentos de hadas el héroe o protagonista de la historia debe abandonar su casa, ya sea por una carencia, una pérdida o una afrenta, pero siempre por una situación injusta o de pérdida, y embarcarse en una aventura en la que a través de diferentes pruebas y con la ayuda de seres u objetos mágicos unas veces, informantes otras, logrará superarse a sí mismo y conducirse de la oscuridad inicial hacia la luz final.
Generalmente los personajes responden a arquetipos más que a individuos con una personalidad particular.

En todos los cuentos puede hacerse una lectura literal o una lectura profunda o simbólica. Los cuentos nos invitan a emprender un viaje de crecimiento personal y desarrollo, a vivir nuestra vida de una forma única y esplendorosa.
“Los cuentos lo repiten con insistencia, limitado a su existencia terrestre, a su yo carnal, el individuo se revela muy pequeño. Es un Pulgarcito o una Caperucita roja, un patito feo o una sirenita. Hay que crecer, aventurarse, tomar aire, expandirse. Es necesario que el ser humano experimente la amplitud y la libertad de la que es capaz y que le fueron ocultadas o arrebatadas.
Para volverse un verdadero hombre, el héroe del relato debe dejar su casa, el sótano, los lugares subterráneos donde se le confina, donde se le retiene con las cadenas de la dulzura o el miedo. Va a viajar, a visitar países, no solo los terrenales, sino y sobre todo los mundos innumerables exteriores e interiores que poco a poco se despiertan y se revelan en el secreto del corazón. Un día es suficiente, un hermoso día, abrir la puerta de la jaula y ponerse en camino, lo maravilloso comienza, es la historia sin igual de aquél que, a través de pruebas y encuentros, se encamina hacia su verdadera realeza, es la historia de su alma que accede a la vida eterna” Un mundo inmenso para explorar. Ars Gravis
Bibliografía: “Un mundo inmenso para explorar” Ars Gravis.
“Cuentos de hadas clásicos anotados” María Tatar
” Las raíces indoeuropeas de los cuentos populares entre Europa y la India” Antonio Rodríguez Almodóvar.